Boulevard des Pyrénées - PauBoulevard des Pyrénées - Pau
©Boulevard des Pyrénées - Pau|Pau Pyrénées Tourisme / DG

Nuestros imprescindibles No se pierda nada en Pau Pirineos

Porque sabemos que cuando nos visite querrá empezar por lo esencial… Por eso hemos reunido nuestros lugares imprescindibles. Y cuando llegue, no dude en sumergirse en el animado ambiente de las Halles, contemplar nuestro impresionante panorama pirenaico o dejarse llevar por el ambiente único del estadio Hameau… Porque de eso van las vacaciones: conocer gente nueva, experimentar cosas nuevas, saborear cosas nuevas, compartir cosas nuevas y experimentar cosas nuevas, y estamos seguros de que nos encantará sorprenderle. ¡Pongámonos en marcha!

Castillo de Pau Casa natal de Enrique IV

Esta es la singular historia de cómo un simple pabellón de caza fue fortificado con estacas de madera hasta convertirse en una fortaleza, dando lugar al nombre de la ciudad: «Pau» (estaca en bearnesa). Desde lo alto de su promontorio, se pueden contemplar más de 10 siglos de historia. Cada movimiento histórico ha aportado su toque arquitectónico, enriquecido sus colecciones y embellecido sus parques y jardines. Pero lo que más nos gusta recordar es el feliz acontecimiento de una tarde de diciembre de 1553, cuando un tal Enrique III de Navarra, futuro rey Enrique IV, nació bajo el techo dorado del castillo. Su cuna real, hecha de caparazón de tortuga, todavía puede verse cuando se visita el castillo. La venerable residencia, notablemente bien conservada en su entorno verde, sigue dominando la ciudad y el río Gave, frente a los majestuosos Pirineos. Como habrá podido comprobar, la joya de nuestra corona es el castillo.

Bulevar de los Pirineos Nuestros horizontes en Pau

El Boulevard des Pyrénées es EL paseo por excelencia de Palais. Desde los pies del castillo hasta el Parque Beaumont, es un paseo de dos kilómetros especialmente popular aquí. Del lado de la ciudad, las fachadas y plazas de la Belle-Époque marcan el lado romántico de la historia. Siguen algunos edificios más contemporáneos y ya estamos en el Parc Beaumont. Por el camino, no faltan terrazas de cafés-restaurantes donde le encantará tumbarse al sol. La vertiente sur es un verdadero espectáculo: 150 kilómetros de panorama pirenaico sobre un fondo azul celeste. El paisaje cambia con las estaciones y la hora del día, y usted contempla un panorama catalogado: Les horizons palois.

Les halles El vientre de Pau

Las Halles de Pau lo tienen todo: productos de calidad, un edificio luminoso y moderno, artesanos y productores de primera… ¡pero eso no es todo! También es un lugar para compartir, cultural y festivo, donde podrá oler los productos locales y disfrutar de las cosas buenas de la vida. Aquí, podrá pasear por la planta de los productores degustando quesos de granja, darse un festín con los amigos en el bar de ostras, disfrutar de buenos vinos y suculentas tapas con los amigos a la hora del aperitivo, o aprovechar la terraza panorámica mientras escucha un gran concierto. Un ambiente inigualable que le recomendamos encarecidamente.

Lescar Medieval y jacobina

Lescar se encuentra a pocos minutos de Pau. Antigua ciudad encaramada en una colina, domina la llanura y ofrece una vista privilegiada de la cordillera pirenaica. El corazón vibrante de la ciudad fortificada es la catedral de Notre-Dame-de-l’Assomption, obra maestra del arte románico que alberga las tumbas de los reyes de Navarra. Pero lo que quizá no sepa es que la antigua ciudad de Lescar, Bénéharnum, es el origen del nombre de nuestro bello país: Béarn. Idealmente situada en la ruta hacia Santiago de Compostela, la antigua ciudad episcopal es un reconfortante punto de parada en la Vía Tolosa, antes de abordar los valles y las carreteras más empinadas de la ascensión pirenaica. Lescar es el lugar ideal para los amantes de la historia, de la piedra, de los cuentos y las leyendas o de la carretera.

Jurançon Vinos y laderas

Cuando hablamos de Jurançon, es importante precisar: ¿la ciudad, el terruño o el vino? Es evidente que los tres están íntimamente ligados. En primer lugar, una ciudad situada en la periferia sur de Pau, que dio su nombre a una de las primeras DOC nacionales (1936). Y, por último, el vino, dorado tanto en su versión dulce como seca, pero siempre maravillosamente afrutado. Es el acompañamiento perfecto de todos nuestros momentos felices, para disfrutar con moderación, pero siempre con la misma dosis de placer.

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