En esta nueva versión contemporánea, la Bella Durmiente se libera de los artificios y estereotipos de un cuento de hadas congelado. Se sumerge en un mundo fantasmagórico, en la frontera entre los sueños, la luz y la sombra, como un homenaje a la imaginación de Tim Burton.
Aquí, todas son bellezas durmientes. Y todos somos príncipes, portadores de historias, heridas y metamorfosis.
Ya no se trata de esperar a que exista un beso. Se trata de superar la espera, de vivir en un tiempo suspendido, de despertar a uno mismo. Por uno mismo.
El cuerpo se convierte en lenguaje. Cada respiración, cada tensión, cada silencio trazan un viaje interior. Los gestos cuentan lo que las palabras no logran decir. Cada cuerpo se convierte en un sueño en movimiento, el reflejo de un mundo en trance de
cambio. El escenario es una tierra de mil posibilidades.
Coreografía: Jean-Philippe Dury
Aquí, todas son bellezas durmientes. Y todos somos príncipes, portadores de historias, heridas y metamorfosis.
Ya no se trata de esperar a que exista un beso. Se trata de superar la espera, de vivir en un tiempo suspendido, de despertar a uno mismo. Por uno mismo.
El cuerpo se convierte en lenguaje. Cada respiración, cada tensión, cada silencio trazan un viaje interior. Los gestos cuentan lo que las palabras no logran decir. Cada cuerpo se convierte en un sueño en movimiento, el reflejo de un mundo en trance de
cambio. El escenario es una tierra de mil posibilidades.
Coreografía: Jean-Philippe Dury





