Stéphane Duroy empezó como fotógrafo de prensa, pero poco a poco se fue liberando de las limitaciones que le imponían para convertirse en un fotógrafo del mundo, atento a la fragilidad de los seres humanos y a las convulsiones de la historia. Sus imágenes, rigurosamente encuadradas, son potentes y sensibles al mismo tiempo: dan testimonio de una mirada profundamente empática, pero sin ilusiones.
Lo que fotografía, en el fondo, es el hombre en su relación con el mundo: el hombre enfrentado a la historia, el hombre enfrentado a la violencia de la realidad, pero también el hombre que persiste en vivir a pesar de todo. Su obra se articula en torno a tres temas principales: la condición humana, el impacto de la historia en esa condición y, cuando la historia se hace insoportable, la huida y el exilio.
Lo que fotografía, en el fondo, es el hombre en su relación con el mundo: el hombre enfrentado a la historia, el hombre enfrentado a la violencia de la realidad, pero también el hombre que persiste en vivir a pesar de todo. Su obra se articula en torno a tres temas principales: la condición humana, el impacto de la historia en esa condición y, cuando la historia se hace insoportable, la huida y el exilio.




