En Pau, entre las luces del Boulevard des Pyrénées y las bulliciosas calles del centro de la ciudad, la magia de la Navidad se instala este invierno. Bajo la mirada del castillo de Enrique IV y frente a las cumbres nevadas de los Pirineos, la ciudad resplandece y cobra vida en un ambiente cálido y mágico.
Pasee entre los chalés gastronómicos, el olor a vino caliente, las risas de los niños en la pista de hielo y los conciertos bajo las guirnaldas. Aquí, cada momento merece la pena ser compartido: un paseo en el tiovivo bajo las estrellas, una dulce pausa en los mercados, un selfie familiar delante del gran árbol de Navidad. La Navidad en Pau es un paréntesis alegre, elegante y gastronómico, un momento suspendido en el tiempo para vivir juntos, con los ojos llenos de asombro y el corazón ligero.
Pasee entre los chalés gastronómicos, el olor a vino caliente, las risas de los niños en la pista de hielo y los conciertos bajo las guirnaldas. Aquí, cada momento merece la pena ser compartido: un paseo en el tiovivo bajo las estrellas, una dulce pausa en los mercados, un selfie familiar delante del gran árbol de Navidad. La Navidad en Pau es un paréntesis alegre, elegante y gastronómico, un momento suspendido en el tiempo para vivir juntos, con los ojos llenos de asombro y el corazón ligero.





