Las laderas del Jurançon ofrecen magníficos paseos. Entre los viñedos y los Pirineos, el paisaje cambia con las estaciones, ofreciendo paseos que se pueden hacer una y otra vez para vislumbrar el paso del tiempo. A los senderistas les encantará el esfuerzo que supone subir estas suaves colinas con fuertes pendientes que ya anuncian los Pirineos. A los aficionados a los viñedos y a los buenos vinos les encantará encontrar una bodega y, por qué no, ¡una buena botella!