Los misterios de la ciudad 20 y 21 de septiembre

Aquí es donde empieza todo. En el cruce de caminos, entre olor a cuero y carcajadas, la aldea medieval le sumerge de lleno en el fantástico mundo de los Misterios de la Ciudad. Bajo la lona de los campamentos, bullen caballeros, artesanos y cuentacuentos.

Las calles cobran vida con trovadores y mercaderes, y los niños se maravillan con los juegos de rol y los desafíos de habilidad. Desfiles con armadura, batallas, justas, juegos y otros talleres de antaño le trasladarán a la vida de los campamentos militares de la Edad Media.

Cuando llegue la hora del festín, déjese tentar por las tabernas de la«Place des rôtisseurs«, la«Placette des estomacs vaillants» o la«Placette des ventres pleins«: ¡aquí la gente se da un festín hasta el anochecer! En cuanto al mercado, le da la bienvenida con sus 80 comerciantes al pie de las murallas.

Al caer la tarde, el espectáculo cobra vida: sonidos, luces y leyendas se proyectan desde las murallas para dar vida a la ciudad. Una inmersión a tamaño real, viva y vibrante…

Experiméntelo en familia, con amigos o con curiosos por un día, en el corazón de Lescar, como en ningún otro lugar.

En las calles empedradas de Lescar, la historia forma parte de cada paso.
Aquí, el patrimonio de la primera capital bearnesa se desvela en un ambiente vivo y envolvente.

En la«Repère des scribes«, los aficionados a la narración y al imaginario se reúnen en un salón del libro, con firmas de libros, encuentros y mundos medievales o fantásticos.

Más lejos, las asociaciones de recreación histórica hacen revivir los gestos de antaño: una ocasión única para redescubrir la vida en la región de Béarn en el siglo XIII, así como la vida cotidiana en los campamentos y sus oficios, como las forjas de suelo, el trabajo de la madera, la costura, el tejido y otras prácticas de caza… Es una inmersión sensible, educativa y llena de sorpresas.

Y si le entra el apetito, pruebelas «Douces mignardises», el«Comptoir des sommets» o el«L’instant café«, donde podrá saborear bebidas y manjares en un guiño gastronómico al pasado.

Los aficionados a las artes y oficios revelarán sus raras habilidades: vidrieras, iluminación, fabricación de violines, tejidos y herrería se exponen al aire libre.

En la catedral, una visita al Tesoro encarna un patrimonio inmemorial que atestigua la importancia del lugar.
En la explanada, conciertos ambulantes hacen vibrar la piedra al son de gaitas, zanfonas y tambores.

El museo y los paseos guiados cuentan la historia oculta de Beneharnum, mientras que un taller de mosaicos invita a grandes y pequeños a ensuciarse las manos. Hasta llegar al jardín medieval y las murallas, cada espacio se convierte en un escenario, cada momento en un descubrimiento.